14 de noviembre de 2010

Mente versus cuerpo

Acá encontramos el problema.
Supongamos que yo lo busco en la lista, lo encuentro y lo agrego a facebook. Supongamos que hablamos y nos caemos bien, supongamos que nos tiramos onda, nos reímos, nos gustamos.
Supongamos que él vuelve a ir el día que voy yo y nos reconocemos, nos saludamos y bailamos y volvemos al princ
ipio en donde él me pedía un beso.
Yo en esa situación , si alimente todo eso, no le debería decir que no.
Pero le diría que no igual.
Entonces ¿para que quiero conseguir el facebook y hablarle?.
Volvemos a la base del libre albedrío.
Mente versus cuerpo.

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